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Termostato:
El termostato es una pieza mecánica que regula la circulación del refrigerante y por tanto la temperatura. La tecnología ya es vieja; es decir, sacando una cierta cantidad de cera. Debido a la expansión a una temperatura más alta, un pasador es empujado hacia afuera contra la presión del resorte. También hay termostatos bimetálicos (se dobla cuando se calienta) y termostatos controlados electrónicamente.
Cuando el refrigerante fluye a través del radiador, hace más frío a la salida que cuando entra al radiador. Esto se debe a que el viento o el ventilador de refrigeración ha soplado aire a través de las aletas del radiador. Si el motor acaba de arrancar, debe alcanzar la temperatura de funcionamiento (90 grados) lo más rápido posible. El consumo de combustible y el desgaste mecánico son mayores cuando el motor está frío. Cuanto más rápido alcance los 90 grados, mejor. Hasta que el motor haya alcanzado la temperatura de funcionamiento, es posible que el flujo de refrigerante enfriado sea mínimo o nulo desde el motor al radiador. Por tanto, se debe cerrar el acceso al radiador. El termostato se encarga de eso.
Situación 1. El motor acaba de arrancar y la temperatura del refrigerante es la misma que la temperatura del aire exterior. No hay circulación a través del radiador (la flecha azul). Actualmente, el radiador está desconectado del sistema de refrigeración del motor. El refrigerante es bombeado a través de todo el motor mediante la bomba de agua, que se calienta muy rápidamente.
Situación 2. El motor lleva un tiempo funcionando y la temperatura del refrigerante está aumentando. La cera del termostato se expande ligeramente y hace que se abra ligeramente. Ahora puede fluir una pequeña cantidad de refrigerante desde el motor al radiador. Esto ya ocurre a una temperatura del refrigerante de unos 85 grados centígrados.
Situación 3. El motor está a temperatura de funcionamiento, a menudo 90 grados centígrados. El termostato ahora está completamente abierto. El refrigerante ahora se bombea desde el motor a través del radiador. El refrigerante caliente del motor se enfría en el radiador. El refrigerante regresará al motor desde el radiador.
Mientras conduces, siempre alternarás entre las situaciones 2 y 3. Una mayor carga del motor o poco viento provocan una temperatura del refrigerante más alta. Se produce una mayor carga del motor al acelerar o subir una pendiente y la situación con poco viento puede surgir al conducir en un atasco o al ralentí.
Al circular por autopista se aplicará la situación 2; la máxima cantidad de viento que pasa a través del radiador enfría el refrigerante adecuadamente. Debido a que ingresa una gran cantidad de líquido frío al motor, existe la posibilidad de que se enfríe demasiado rápido. A continuación se vuelve a cerrar ligeramente el termostato.
En tráfico urbano con mucho tránsito parado se aplicará la situación 3; Debido a que fluye poco viento a través del radiador, el líquido se enfría menos. Por lo tanto, se requiere una mayor cantidad de flujo de refrigerante para evitar el sobrecalentamiento. El ventilador del radiador también intentará enfriar este refrigerante tanto como sea posible. En situaciones cambiantes, el termostato siempre regulará la circulación del refrigerante.
En caso de un termostato defectuoso, a menudo permanece en la situación 2. Entonces esto permanecerá abierto. Esto suele ser claramente visible en el indicador de temperatura del tablero; cuando el vehículo está parado (con el motor en marcha), la temperatura sube muy bien hasta los 90 grados y cuando se conduce a mayor velocidad la temperatura vuelve a bajar hasta, por ejemplo, 60 grados o menos. Al conducir, el termostato debería volver a cerrarse ligeramente, lo que no ocurre (ver explicación anterior). Por tanto, será necesario sustituir el termostato.
